FP
martes, 6 de marzo de 2012
Mis manos eran fuertes, pero mis rodillas demasiado débiles,
como para sostenerme en tus brazos sin caer a tus pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario